Poesía: género que configura humanos

La poesía anda en bicicleta: conmigo. Foto: Miguel Asa
Poesía: género que configura humanos
Perseguir una definición sin ningún límite de la estructura

Huye del sublime externo, si no quieres morir aplastado por el viento.
Vicente Huidobro

Hasta qué momento la poesía. Y la canción sigue, el papalote escribe letras en el cielo y yo pienso algo extremo sobre el concepto poesía. Y ahí vienen todas las cuestiones. Quisiera preguntarme otra cosa, cómo se hacen los tacos, qué tipo de aromas se le agregan a esa salsa, en qué momento se mueven los vegetales de tal receta, pero no. Esto es algo muy grande. La poesía es algo que llega a muchas definiciones.

“Procura volver”, me dijo con ánimo alentador. Yo tenía el espíritu dispuesto en el huracán. Pedalee debajo de él. Le nombraron Patricia, yo le llamé Poesía. No tuve incertidumbre al mirar lo que pasaba ahí. Imagine, “así debe ser cada poema”: una potencia única que permite dimensionar la vida a cada paso. Y volé un par de veces debajo de su viento y su agua. Era octubre. Yo estuve sobre mi bicicleta y me contuve a dejar la vida. Y aquí mis letras, yo y la poesía.  

Qué podría decir de aquel momento. No sé, algo similar pasa ahora. Pues conmueve y nos crea. Ese artefacto que cabe en la mente humana y no más, ha dado de qué hablar en los últimos años y ha sido por resistir, permanecer, existir. La poesía hoy es un punto de contención que se diversifica de muchas formas, improbables y mágicas. Pensé alguna vez que Ululayu existía, y desde hace tiempo, vivo en mi propio poema. 

Y es que la poesía permite a la humanidad descalzarse de sí misma. Nos entrega la vida y la muerte, el dolor y la consecuencia, la incertidumbre, la soledad, el epitafio y el amor. Nos comparte desde su poder todas las posibilidades para entregarse, darse, vivirse. La poesía nos llama veneno y viento por igual. Nos acostumbra a descender desde el espasmo hasta el rocío. Vaya, “la poesía es el espejo de nuestros ancestros, el aliento de nuestro presente y la semilla de nuestro futuro”, manifiesta Giselle Lucía, desde una isla que vibra el ser, la letra, la palabra, la resistencia. 

Desde la voz de mujeres y hombres, nos existimos, unos desde muy temprana edad, otros desde el inicio de la muerte. Así nos vamos con el poema. Celebrarla, claro, desde nuestras luchas, desde nuestras injusticias, desde el dolor y el miedo, desde la amistad y la fortaleza de sabernos, desde nuestras geografías. Y nos perfilamos como entidades únicas bajo cada verso. Nos entregamos en los placeres del día a día. Hacemos poesía porque “es la sangre que me explora el cuerpo y el hilo rojo con el que me comunico con los demás”, comparte Luis Armenta Malpica, con mezcal al lado. Y así vamos con la sangre entre estos bultos que hemos llamado cuerpos para cargar, a su vez, nuestras poéticas.

El poema no se cierra nunca mientras haya humanidad. Así la poesía se dice viento, artefacto, error y velocidad. Así la palabra se incrusta entre nuestros soliloquios a cada rato. “La poesía es el último refugio que le queda al humano, no hay que escribirla. La otra, es mayor siempre, es una necesidad, y como toda energía verdadera, puede lastimar de la peor manera”, con un brazo amorfo, Jorge García Prieto escribe desde el Caribe. 

Y de qué manera el viento mueve a las olas, dirige al polvo, extiende al fuego; de qué manera sostiene a los huracanes; en qué momento construye poemas desde la erosión. Así me pregunto a cada rato y sólo existo. Así me voy de cabeza y me pierdo en el cerebro. Abordo mi bicicleta y pedaleo desde el ser, desde la vida y doy gracias. En la poesía se encuentra todo, la ausencia y la presencia, la comodidad y la insatisfacción. En la poesía se encuentran las veredas de las raíces que somos. La poesía es “semilla de agua, cuenca de origen donde creció el fresno que bifurcó a los senderos”, así la concibe Melissa del Mar desde una ciudad del norte americano. 

Porque en la poesía se encuentra el error, la imprecisión de sabernos humanos y la exactitud del trayecto. Es tiempo de pedalear para entregar al horizonte nuestras primaveras. Son horas para hacer actos de cambio y de descubrir el futuro como un verso no escrito. Siempre seremos parte del error y del fuego, así de la poesía y del viento, una composición sin paredes. “La poesía es un instrumento para crear acordes con las palabras”, comparte Aurora González desde la noche de primavera.

Celebrar la poesía como último aliento, pues ni toda la vida para todos los versos. Algo así nos habla el tiempo, en el día a día, desde cada escondite que la poesía encuentra. No es posible terminar la sensación de encuentro si apenas se ha dicho una palabra. “Cuando digo poesía, digo todos los nombres” escribe Alberto Paz desde la frontera mexicana. Y es tan extenso el número de posibilidades que no somos capaces de percibir todas las figuras y con ello se desarticula el pensamiento, nos toma tiempo establecer una letra detrás de todo el viento, así el poema a la distancia, la existencia en el momento. 

Poesía es compartir entre los hilos de la vida. Dar un poco de sí y ejecutar el alivio de uno en el otro y este en otro y así sucesivamente por toda la cadena. Poesía es “la vibración que se estrella en los sentidos, la marea que acrecienta lo inefable…” comparte Rossana Camarena desde el vórtice del viento. Poesía es el cansancio del camino pues la comodidad pervierte la sed del espíritu. Que se asuma la primavera con todos los colores que nos entrega el sol para mirar hacia un reflejo enorme de la constancia del río. Así andar, así despertar, persistir, ser aroma y vacío a la vez. 

Un poema nos ha escrito la silueta. Y es motivo de que persistamos en el pensamiento del por qué establecemos sobre la poesía. Cada humano tiene su propio referente, su propia arquitectura y experiencia. Hagamos de las posibilidades poéticas la diferencia de vivir lejos de la calumnia y de la pretensión. Que el poema nos declare error para ejecutar la poesía desde nuestros ojos. Se trata de no justificar, ni de confrontar, ni de persistir, la poesía es simplemente un acto que nos rodea como humanos. No hay mejor ni peor. Hay estilos y también, trabajo en el oficio. Eso, es lo que distingue de una pretensión a una vitalidad de la palabra.

Pero, la poesía germina por sentir, hay opciones, sí, hay tiempos sí, y también diversas problemáticas que necesitan de un empujón en la vida, la poesía es eso, quizá. Es un recital en la calle, dentro del tren, en el camión, más allá de las historias inventadas tras el escritorio. Hay muchos contextos y la palabra se anuncia como refugio. Así lo me lo dijeron más de una veintena de poetas a principios de año. La respuesta fue diversa, y, sobre todo, el acto de sorprenderme sobre todas las posibilidades fue un recuerdo extraño, sin embargo, alcance a comprender diversidades de voces.

No todos tenemos las mismas lecturas de la poesía. Hay de todo tipo y de ciertos orígenes. Temas diversos, problemáticas personales de alta guerra y que fecundan emociones que trabajamos. Es imposible no mencionar que muchas de las personas que escriben poesía están en diversos procesos intensos. Más allá de escribir por convicción o por artificio, sino por instrucción propia y a manera de bolero. La determinación entrega mil probabilidades de leer, millones de ofertas sin precipicio. Hay una cantidad enorme de ramas que nos permiten extender el color y la imaginación. El volumen de abstracción es una fuente de impacto. La poesía es como es.

Entregamos a las visiones muchas palabras: “refugio”, “universo”, “mundo”, “camino, “balance”, “construcción”, y en un sondeo se manifiestan las vitalidades, las construcciones y las poéticas de muchas personas. Cada quién como cada cual. En los últimos meses platiqué con poetas sobre diversos conceptos, en diferentes caminos y de muchas maneras. Es por ello por lo que no me he creado nada. El término sobrepasa lo que podemos como humanos. Y más en estos tiempos en los que buscamos ser una premisa más de colores, de gloria, de solidaridad. Qué será si no existe el término adecuado. Qué importa, el ejercicio es la lectura como respuesta a todo. Se puede caminar desde un paso a otro. Así estas lecturas semióticas que día a día hacemos para construirnos un poema con el momento, con la pareja, con los amigos, con la naturaleza, con la emoción, con el sueño, simplemente por el gusto, de crear.

Quisiera creer que la poesía es algo mínimo que vino a manifestarse para sólo algunos, pero eso es imposible, el acto poético lo construimos a diario desde diversos tiempos. Y es que eso no cabe en una definición exacta, porque ningún poeta es exacto, y tampoco, ningún poema es preciso. La construcción de la palabra va más allá de percibir inspiración y trabajo literario. Se trata de observar el mundo de todas las formas posibles a experiencia de la vida. He intentado quedarme en el ejercicio de la palabra, pero esta misma se modifica por el todo. Es decir, la poesía se encuentra en movimiento porque en la vida hay movimiento. Ningún poema será preciso de su tiempo y de su espacio. Evolucionará en su cada tanto, entre defectos y virtudes, y ese es el trabajo de la poesía, uno de tantos, por decir algo.

A todo esto, la poesía nos permite pensar y repensar las posibilidades del humano. No hay momento en que se acabe la poesía si existimos en comunidad. No deseo ser pusilánime ni mucho menos un parasito, sino simplemente compartir una perspectiva más allá de la retórica cuantitativa y cualitativa de la persecución azarosa de la academia, de los formalismos que más allá de liberarnos nos han encarcelado de una forma retórica increíble. Poesía no es lo que se escribe, sino lo que se vive. Eso que se siente. Más allá de ello, todo es una maquinaría de reflejos sin reflexiones. Porque toda la humanidad pasa por el efecto infancia y todos sabemos cómo jugar a ser poeta.

Sí, es preciso trabajar la poesía de muchas maneras, estoy de acuerdo, pero eso no sucederá si no se le entrega a la experiencia de vivir un amor único y preciso ante lo propio del verbo sentir. Hay algo que nos queda y nos reclama por siempre, la lectura. La palabra como base de nuestras respuestas y de nuestros trayectos es lo que nos llena de pasado, presente y futuro. Se consume la palabra en cada aliento y en cada jadeo de voz que anunciamos, tantos poemas que podemos decirnos y aquí estoy en movimiento para saber cuáles compartiré. Nos queda la vida, el reflejo del sol, los sepelios, el ajedrez, la tecnología, las adivinanzas políticas y económicas, igual los desiertos y los huracanes, los recuerdos, los errores y las virtudes, pero lo que se acaba con el poema, es el tiempo. Hay que vaciar lo necesario y crear lo posible para un futuro, la llamada de la palabra sólo entrega momentos a quienes piensan y luego sienten.

Hoy estamos vivos para leerla, saborearla, pero, sobre todo, sentirla. Y volví después del huracán, comprobé la fuerza del viento y me sentí nada. Su nombre es aquí y ahora. Pedalear como sinónimo de meditación: la poesía como constructo de experiencia.*

 

Múltiple: la diversidad de la cultura

Todo lo que somos como comunidad. Foto: Miguel Asa
Múltiple: la diversidad de la cultura
Sección del ejercicio inter, multi, pluri y transcultural

Me pesa mi pasaje y más se cierra
la mitad de mi ser a su hemisferio.
Artemio González

Es posible pensar en la gestión, en la prensa, en la producción, en todos aquellos personajes y equipos que hacen posible un sinfín de proyectos culturales, sociales, deportivos, gastronómicos y similares. Aquí buscamos las historias de aquellos más que se forjan en el silencio de las bambalinas. Así, desde esta línea, quiero mencionar a quienes le ponen empeño a muchas cuestiones de la vida a nuestro alrededor.

En esta sección Múltiple, presentaré parte de los personas que le hacen al zurcido invisible dentro del mundo editorial, del campo periodístico, de la labor de la gestión cultural y otras más. Es necesario visibilizar la labor de quienes estamos aquí. Aunque no se pretende ser un catálogo puntual, sí tengo la intensión de que poco a poco se formule un gran cuerpo de artículos en relación con los que identifiquemos un poco de la historia que rodea a nuestro proyecto. Sabemos que todo el proyecto cultural de la región no solamente parte la literatura o de las artes. Sin embargo, emulsionamos a aquello que también desarrollamos en la generación de cultural. Dentro de ello, la gestión, la producción, la organización, los eventos, las ferias, los festivales y demás como proceso de socialización cultural. Jalisco y México son nuestros primeros pasos. Algunos más por Cuba y vaya usted a saber que nos depara la vida. Así que vamos a compartir un poco de lo que se viven en esos rubros que acompañan a las letras, a las artes y a las bicicletas.

Así que hay que considerar la planeación, la difusión, el estilo y la noticia como un trabajo que también refuerza el dominio de nuestras palabras. Somos entonces el abrazo de todo lo posible. Somos el llanto de lo que nos ocupa. Somos los que perseguimos a la historia, a la tradición, a los medios, a las regiones, a nuestro Jalisco y a nuestro país, México. De aquí que consolidemos estrategias con productores, realizadores y artistas multidisciplinarios para constatar que hay algo muy denso dentro de nuestra región. Veamos qué es lo que nos conmueve en la sugestión diversa de las disciplinas creativas, sociales, deportivas y demás. Vamos a estar presente en muchos espacios y con muchas personas que se integren en esto. Así será nuestro lapso para conocer lo que se pueda en Jalisco.

Esto es la búsqueda por conformar un directorio enorme de gestores, realizadores, productores y todo lo posible por ahí y por allá. Quiero que sea un placer para ti encontrar las posibilidades de lo que viene. Vamos a escribir historias, sí, pero en ellas también existen aquellos personajes que promueven la posibilidad de ser.

Aquí se gestiona la vinculación para crear productos culturales de hermosa estructura y con buen aroma.*

Letras: la palabra como el viaje

Una librería de viejo y nuestro movimiento. Foto: Miguel Asa
Letras: la palabra como el viaje
Sección para escritores, proyectos, editoriales y otras aventuras

Raro el alfabeto que aprendí:
la construcción de la palabra:
isla
breve y opuesta
a la llanura de los continentes.
Mónica Nepote

Las letras son una herramientas que nos permite mostrar nuestras lecciones de vida. Sí, en la literatura se convierte uno en otra cosa, palabra, memoria o historia. Uno no puede decidir del todo. Pero en esta evidencia por acá compartiré parte de lo que existe en la palabra dentro de Jalisco, de México y del mundo. Eso quiere decir que es lo que esté a mi alcance, y por igual aquello que no. También es posible mostrar algo de lo que observamos o somos o vivimos.

Dentro de esta sección, Letras, estarán aquellas personas que se dedican a la palabra. Así la poesía, la narrativa, el teatro, la filosofía, la prensa y demás ensoñaciones. Así los proyectos que promueven la palabra. Por igual el ejercicio editorial, con el fin de conocer las propuestas y las economías de este rubro que tanto permite a la creación del libro. En Letras conoceremos procesos, ejercicios, el Almanaque poético de Jalisco, una sección dedicada a las editoriales independientes, un espacio para aquellos proyectos que surgen y que debemos mostrar, la virtualidad como el ejercicio de la experimentación literaria, algunas poéticas, algunas proyecciones, ideas, y todo lo que se pueda incluir sobre la palabra. Porque no sólo se escribe. Se cocina, se pasea, se vive y se transforma.

Así que puedes estar listo para comenzar con esta sección. Daremos a conocer poco a poco lo que hemos encontrado y lo que hemos valorado. Poco a poco nos hemos convertido en lecturas, en memorias, en conocimientos. Las letras de un pensamiento, así como el de una pasión, así como persona, como producto cultural o como una flor, simplemente. En Letras habrá de existir la posibilidad para conocer con ritmo, con cumbia, con el sonsonete, con los colores, ese ejercicio de la letra. La escritura en diferentes maneras. Todo es posible. Las letras se pueden acoplar. Se pueden apoyar como amistad del universo. Así la letra dentro de Proyecto Ululayu se convierte en el peldaño de lo que somos. Vamos a compartir un poco de la palabra en las posibilidades de la contemplaciones que tengamos en el camino.

Esto es un regalo para nosotros y para ustedes. Que el viaje no se detenga. Cada sección tiene su propio temario, sin embargo, no lleva un ritmo ni una secuencia precisa, cada una de forma independiente como colecciones de artículos, digamos. Así cosas extrañas como algo muy conocido, pero eso sí, con nuestra perspectiva. Pasearemos por Jalisco para buscar a las y los escritores. Tendremos que viajar por la palabra. Como sea, pero descubrir lo que existe. Descubrir sobre los talleres literarios de cada región, investigar sobre la letra, o lo posible que se encuentre en ella.

Aquí la invitación y la sugerencia. Todo el camino será una novela en la que se escriben poemas desde diferentes geografías.*

Artes: las dimensiones de la imaginación

Obra de Gabriel Flores con espectadoras. Foto: Miguel Asa
Artes: las dimensiones de la imaginación
Sección para las paletas, las gubias, los aerosoles, el concreto y demás

El sauce espera y se aletarga
Sueña que huye en la estampida del viento
Xitlálitl Rodríguez Mendoza

El arte se refleja en el estudio anatómico que tengamos. El arte se refleja en las pasiones que contémonos al grabar un video, al hacer una fotografía, al planear el poema, el plano, convertir el bastidor, alimentar el amor, exhibir el cuerpo, sujetarlo, darle vuelta, danzar, moverlo, tocar el trombón con la furia del tiburón. Y volvernos mentes de dos pasiones, así de Jalisco como de México y qué más da.

Crear arte es una necesidad de primera mano para quienes vivimos de ellas, por ellas, y para ellas. Así la pintura, la escultura, la danza, el performance, la música, la arquitectura, el diseño y no sé qué tanto uno encuentra en el mundo del arte, son pasiones de diferentes telares en los que podríamos reconfigurar una muestra personal. Todas y todos somos creadores, y en la palabra y en la imagen somos posibles con el fin de entrar en una idea de nosotros. Nos hemos convertido en el posible de los sueños. En la ventaja de la sensación y del universo mismo. Vamos a continuar en la euforia del silencio y vamos a contener todo eso posible en esta sección Artes. Aquí la serie de fotografía de Jalisco, como la de los artistas urbanos y de otras índoles. Aquellas piezas raras y aquellos personajes peculiares. Buscaremos en el arte la visibilización de las posibilidades teóricas. Nos vamos a cambiar el horizonte de las pestañas por el fin de los bastidores. Aquí en Artes estarán las personalidades y sus disfraces plásticos. Aquí estarán los reflejos de los aerosoles. La plasta del diseño, la mirada de la fotografía, el volumen de la escultura. Así el tiempo, el escenario, la producción.

Hay que explorar el sabor y las imágenes de aquellos que se procuran crear como cocinar. Esto es una aventuras a los estudios, a las herramientas, a las expresiones, a los tiempos, a las fórmulas y con ello, un alcance a la comunidad artista de nuestro estado como de la región Occidente de México. Así la primera parada se trata pues de la dimensión de mantener la exposición para continuar con el aliento hacia la posibilidad de estar: esos encuentros de las artes plásticas para maquillar todos los universos. Esas son la razones para conocer sobre dimensiones, estilos, formas de trabajo y organización, así como mercadeo y demás. Qué sé yo. El arte tiene la posibilidad de millones de titulares y esto es sólo una fracción de lo que percibimos desde acá. Las artes en Proyecto Ululayu se dimensionan pues también eso producimos y ejecutamos. Vamos a explorar a la comunidad y a las nuevas generaciones con lo que se hace desde acá.

Hablar de los artistas es poder construir una serie de acercamientos a diversas piezas. Saber que la comunidad de la cultura en Jalisco está en movimiento es una oportunidad para compartir lo que se hace en cada región. Se trata pues de compartir las posibilidades de la vida en esta región. Así vamos a hablar un poco de lo que tenemos, así las gubias, el aerosol, la madera, la luz, las telas, la iluminación. Vamos a dialogar en los municipios para saber de las manos creadoras. Es una posibilidad de cercanía y curiosidad la que se entrega en esta ala editorial. Vamos a contemplar las formas de creación, las posibilidades de la materia y lo que se puede con ella.

Vamos a viajar en el pincel para pintar la geografía. Esto es el trazo de la composición que hemos seleccionado.*

Rutas: la geografía como estudio de la belleza

Al costado del Volcán de Colima. Foto: Miguel Asa
Rutas: la geografía como estudio de la belleza
Sección de sabores, espacios, tiempos y firmamentos de un humano

Continúo pedaleando,
ruedo vertiginoso,
me trago el pavimento de esta noche;
luego miro el reloj: la una y quince.
Sergio Cordero

Contemplar los paisajes es la misión. Nos hemos convertido en caminantes para degustar cada imagen que los ojos nos permiten y con ello. En la vida hay trayectos, caminos, banquetas, espacios, lugares, pueblos, casas, habitaciones, campos abiertos, bosques, estepas, cielo y más cielo, calor y frío, pero siempre, rutas. Y así anda uno en movimiento, camina, pedalea, avanza. Nos movemos. Se mueven. No podemos estar quietos. Y ahí, nuestras experiencias.

En Rutas podrás encontrar cosas que avistamos en nuestros caminos. Lo que olemos, lo que percibimos, lo que saboreamos, lo que escuchamos, lo que degustamos, lo que visitamos, lo que recorremos. Pero no sólo eso. En nuestro frente siempre hay más de esas cosas. Digamos, hablaremos de los personajes que también hacen posible las posibilidades de todo eso. Y para todos, sepan que aquí habrá igual personajes que emocionan con la bicicleta y corresponden a una lucha por la movilidad sostenible como una prioridad en nuestras comunidades. Conoceremos un poco de las y los ciclistas que han desarrollado emoción en la historia de Jalisco, y por igual, de algunas partes de México.

La bicicleta es todo aquello. Y también la gastronomía. Dentro de Rutas podremos encontrar algo para el gusto comensal de cada quién. No pretendo retar a ser un diario gourmet, pero sí un estremecimiento de sabor. Así que prepárate para disfrutar del balance que se comparte en las horas de la cocina por igual. Tenemos un espacio que va a frecuentar una emocionante reto por visitar espacios diversos. Pero no todo queda ahí, Rutas será el espacio que nos permita conocer un poco más de lo que hay alrededor nuestro desde un recetario jalisciense hasta las empresas del ramo alimenticio que le ponen sabor a nuestro Jalisco. Como Proyecto Ululayu, es un deber manifestar lo posible de la humanidad, y la movilidad y los sitios en que nos vivimos, son momentos genuinos que permiten las experiencias de vida por igual.

Vamos a pedalear al sabor, al destino, a la reunión, a la historia. Será un placer encontrarnos con la posibilidad de dirigirnos hacia nuevas identidades. Pretendemos estar en una órbita diversa con recorridos que nos permitan conocer más de nosotros y del mundo, eso sí, a nuestra manera. Así que veremos como es el plan de nuestro panorama y con ello la posibilidad de transportarnos en la configuración de lo que somos. Hay un camino que nos rodea de tiempo y de forma. Es la nobleza de lo que persistimos. Aquí compartiremos la ruta pues. Así, directo y sin escalas. Veremos los locales de la garnacha como los sitios de la naturaleza. Geografía pues.

Otro pasito para dar una vuelta y conocer más de lo que tenemos en vida. Aquí se degustan poemas y se crea arte con taquitos.*