Huracán, pasado y bicireportero. Foto: Roberto Maldonado Espejo
Grado 0: un viaje creativo para ti
Las letras de un trayecto para compartir la aventura

Me tendí, como el llano, para que aullara el viento.
Y fui una noche entera
ámbito de su furia y su lamento.
Rosario Castellanos

Para Danale Rodo
por ser mi guía espiritual más grande

A 20 años del accidente que me cambió la vida

Hay muchas canciones que nos recuerdan algo. Hay una cantidad de imágenes que no hemos de olvidar y que resguardamos en lo más profundo de nuestras mentes. Hay un número indeterminado de palabras que hemos mencionado en todo lo que tenemos de vida. Hay una humanidad llena de pensamientos diversos, un constructo gigantesco de versos, trazos, caminos y más. Hay una inmensidad de sabores que en todos los rincones del mundo se ejercita por la naturaleza y las culturas que les rodea. Hay una infinidad de inventos para muchas cosas. Hay casas de todo tipo. Hay caminos de diversas dimensiones, dificultades y distancias. Hay poemas como montañas. Hay pinturas como hilos. Hay historia e historias. Hay un mercado y otro y luego otro y luego uno más y después, otro más, y así, sin acabar, siguen los mercados. Y cuando menos das cuenta, hay juguetes, hay tradiciones, hay bailes, y, sobre todo, hay muchas, muchas formas de comerse un taco. Hay un número de elementos que no sabes que se pueden hacer con la bicicleta. Hay cuentos escritos desde ello, poemas, y también canciones, por mencionarte algo. Hay elecciones y decisiones. Hay mucho amor. Hay plantas y animales. Tierra, agua, viento y fuego. Hay un crecimiento siempre, un movimiento que no se detiene. Hay alcancías moradas. Hay mariscos, muchos mariscos. Hay aguacates y plátanos. Que no se te olvide un café. Hay chilaquiles por montones y con muchas formas de preparación. Pero debes recordar que siempre hay una secuencia: la salsa no se sirve en el plato sobre los totopos, sino antes, es necesario una paseadita en conjunto sobre el fuego y ya está, dice el Viejo. Tú sabrás el punto. Los verdes y los de chipotle son mis favoritos. Agrégales fresa y el mundo cambiará contigo. Aunque los de pulque con pitaya me robaron el corazón y los de mango con coco me dieron una alegría que perdura aún.

También hay mucha ropa. Hemos aprendido a adaptar nuestras comunidades a muchos sitios geográficos. Hay un sinfín de ríos, de piedras, de climas y de paisajes. Hay mucha poesía, eso sí. Hay tiempo, hay paciencia y hay memoria. Hay días y hay noches, en ocasiones, los días noches y así de nuevo. Hay agua. Hay playas. Hay sierra y selva. Hay frío y calor. Hay soledad y hay mucho que pedalear. Hay desayunos como cenas. Hay personas, muchas personas. Hay amistades que no olvidas, y otras que con el tiempo se van a separar. Hay muchos renglones y también mucha imaginación. Hay una ruta, y luego otra, y así, sucesivamente hasta el último día de tu vida. Hay canciones, ya lo dije. Hay una secuencia enorme de películas. Hay muchas desgracias y mentiras por igual. Hay personas creativas como trabajadoras. Hay guitarras, baterías y trompetas. Hay triciclos, muchos triciclos. Hay motocicletas. Hay rock, salsa, jazz, mariachi, son, huapango, cumbia, y tanto sonsonete mágico que nunca terminaras de saborear las melodías. Muchas canciones en muchos locales de cada lugar. Si te dijera qué había en el puesto de aquella ciudad costera, o qué bailamos durante la lluvia de aquel diciembre, o qué escuchamos mientras cocinamos allá, al norte, o simplemente, qué sonaba mientras sucedía la receta. La música es como la cocina, son cosas que puedes amar.

Hay muchas locaciones, una cantidad que no te imaginas y que nunca podremos recorrer con la capacidad de nuestras vidas. Hay un mundo lleno de países con muchas percepciones, y acá estás tú, aquí, en el recuento de lo que existe en mí. Hay dudas como hay respuestas. Hay pensamientos, sentimientos y emociones. Hay terremotos y huracanes. Hay paraguas y hay sombrillas, su función cambia según las posibilidades del clima. Hay muchos baches. Hay quesadillas. Hay tierra en los calzones y un poco más en los calcetines. Hay un rastro de dolor y muchas puertas de empatía. Hay reproductores y audífonos. Hay sudaderas y lentes. Hay cámaras y repuestos. Hay herramienta y una secuencia de incertidumbre cada cinco minutos porque el destino sobre una bicicleta es incierto. Hay muchos pensamientos. Hay una reflexión constante y una voraz gama de flexibilidad. Hay apertura y también ironía. Hay silencio y hay fiesta. Hay agua y sed por igual. Hay una columna de creación y muchas veces cielo. Hay polvo. Hay pinchaduras. Muchos mercados, extraño los mercados. Es una de las cosas que no te puedes perder en vida. Las cocinas de todos los lugares cambian. Come de todo si te es posible. La diferencia de los humanos está en la sazón nada más. Todos tenemos las mismas posibilidades de crear. Que eso nunca se te olvide. La cuestión es determinar lo que tú quieras. Brinda en los momentos mágicos y sigue lo que dicte tu ser. El mundo es una vez y no se repite.

Las canciones están, pero siempre, serán diferentes en cada momento. Nada vuelve y perdura el recuerdo, el olvido se mantiene. Nos desprendemos a cada rato y emerge de nosotros, en ciertos instantes, la nostalgia, pero la realidad marca un paso y luego otro y luego otro y así. Vamos a llegar a un destino, no te preguntes cuál es, nadie lo sabe. Que no se te olvide leer. Come tacos, hay todo un universo atrás de eso que los mexicanos frecuentamos todos los días y en cualquier momento. Descubre la cocina, es mágica.

Hay muchas formas de curar y de sanar. Hay una gama de libros de un sabor y otros de otro. Hay un amanecer frío y otro más frío, pero un café aligera la sensación. Hay ajo, limón, miel y mejorana. No lo olvides. Hay parches, siempre parches. Que no se te olvide el pegamento. Hay muchas maneras de montar la bicicleta, pero sólo tú sabrás cuál es la mejor. Hay una inmensidad de sentimientos encontrados. Hay certezas como equivocaciones. El norte parece sur y así todo en la vida. Hay playas, ya lo dije, hay playas. Hay bosques. Hay canciones, siempre, muchas canciones. Hay comas y hay puntos. Hay buenos días y malas noches. Hay caídas y lesiones. Hay sopas, caldos, ensaladas, entradas, platos fuertes y botanas. Hay postres, siempre deben existir los postres. Hay muchas frutas y verduras. Hay estilos y hay maneras. Hay carreteras y terracerías. Hay agua de coco como cerveza artesanal. Hay lluvias y también días de seca. Hay temperaturas y temperamentos. Hay alcancías con detalles. Hay cerros agraciados y desgracias en ellos. Hay muchas cruces en las carreteras. Hay historias al lado de la tuya. Hay trabajos, oficios y labores. Hay tiempos. Hay maíz, chiles y frijoles. Un puño de tortillas y recorre el bocado. Hay muchas maneras de hacer tantas cosas y todo, siempre, si tú quieres, se resguarda. Hay sinceridades como falsedades. Procura la liviandad y fluye con el paso. En ocasiones habrá riesgo, y en otras tantas, todas las oportunidades inimaginables. Es tan terco el corazón y tan grata la memoria. Pero eso sí, debes considerar que cada una de las decisiones que tomes tendrán una repercusión en tu ruta. Así puedas viajar de raite, en tráiler, en autobús, en automóvil, en motocicleta, en bicicleta o a pie, siempre recuerda que cada día es una posibilidad de una aventura diferente.

Hay tiendas a orilla de carretera, hay muchos espacios en los que el cuerpo puede dormir. Hay muchas palabras, pantalones y faldas. Hay resorteras. Hay aves y peces. Hay tráilers, y ellos, lo sabes, son la onda. Hay casas. Hay una infinidad de elementos que podrás descubrir desde tu perspectiva. Hay novelas. Hay teatros y muchas obras. Hay danza, escultura, cine, diseño. Hay artesanías como diálogo de las comunidades. Hay emociones fuertes y suaves por igual. El viaje es una constante y de ello te voy a platicar; iré por rutas, así como de aquellos que han sido parte del camino. Este texto se trata desde el corazón y con toda la humanidad. No tengo un plan. Nunca lo he tenido. Aprendí a considerar a las personas, a darles su espacio y a enfrentar el error de mi comportamiento. Todo el tiempo es un aprendizaje que nos corresponde adaptar en medida de lo posible. Que nadie te quiera impresionar, no existe un manual sobre la vida. El paracaídas puede ser del color que tú quieras. Mira, por allá está el rincón en el que te gustaba sentarte conmigo. Ya no lo recuerdas, fue en aquel terreno pequeño. Las verduras pueden ser salteadas, cocidas, fritas, como tú quieras. Ya sabrás como las complementas en los alimentos que consumas. Hay muchas formas de prepararlas y con una diversidad impresionante de texturas y condimentos.

Hay albercas como lagos. Hay casas y cocinas. Hay frecuencia y accidentes. Hay radio y televisión. Hay políticas y religiones. Hay deportes. Hay bibliotecas y escuelas. Hay arte, mucho arte. Hay cenas. Hay regiones dedicadas al campo que se diversifica por zonas. Hay brechas y corazones en todos. Hay poesía en los rincones de las glorietas. Hay espejos, hay vajillas y un espectáculo en las formas de celebrar. Cada comunidad lo hace de muchas maneras y se diversifica en sus posibilidades. Entonces encontramos muchos elementos y los hacemos nuestros. Así el colguije, la pulsera, la foto, la piedra, la madera, el llavero, la playera, pero siempre, o casi siempre, hay algo que te obsequian las personas con el fin de que exista evidencia de sus encuentros. Podrás fingir muchas cosas, pero nada será falso a las posibilidades que enfrenta la marioneta que tenemos como cuerpo. Así que más vale recargar energías en la medida de lo posible para seguir con el pie del otro lado. Tenemos que empezar por seguir.

Hay muchos atardeceres igual que amaneceres. Hay un mar de posibilidades para hacer y para apoyar. Hay muchas cosas que no te podrás explicar y sólo están ahí y se les preserva. Hay puestos de tacos por doquier. Hay plazas, muchas, unas llenas, otras vacías, con bancas de muchas formas, con árboles alrededor, jardines diferentes, otras, simples explanadas. Pero cada poblado tiene una fruta, tiene una comida, tiene un artista, todos tienen algo de particular, una diferencia con otros siempre será la geografía y desde ahí, el lenguaje cambia, las variaciones del habla son infinitas, seguro te darán gracia, desde el “ocupo” hasta el “meh”.

Siempre hay una oportunidad para seguir por donde quieras. Siempre hay forma de moverse. Hay cansancio muchos días, pero siempre hay sueños. Hay muchos sitios de descanso por igual. Hay muchas casetas, gasolineras y sitios de parque. Hay casitas, casonas, casas, lugares para acampar, colchones, catres, hamacas, alfombras y tapetes. Hay mucho por descubrir y por igual, tiempo para crear. No te subestimes, puedes frenar o acelerar en cualquier momento. Si supieras que puedes nadar de día y de noche. Puedes descansar junto a un arroyo, con una fogata, con dos libros y un cuaderno de preferencia, y procura, si hay posibilidades de acampar sin casa, hacer un hoyo sobre la arena que permita ocultar tu cuerpo del viento. Eso es esencial de noche cuando viajas en solitario y no llevas todo el equipo necesario. Se puede, yo lo hice varias veces. Procura descubrir todo lo que observen tus ojos. No existe el mismo instante dos veces. Implementa la fotografía como un divertimento personal, tu vida te lo agradecerá. Hay muchos recuerdos y hay muchas historias, observa y escucha. Quizás, entre tantas palabras encuentres algo que te agrade. No hay clasificación que nos impida existir. Puedes usar falda, pantalón, short, lo que sea, eres tú y tu libertad, tu existencia, es tu vida. La bicicleta es amable en todas las situaciones. Pero este viaje que he construido desde mi memoria es una aventura que quizás cuestiones mucho pero que resolverás contigo. Sabes que te amo. 

Eso sí, existen versos por doquier. En todo momento la voz susurra algo y eso se va. Tienes que desprenderte a cada rato. Es un enorme reto humano y uno de los más hermosos. No sé qué sentirán los árboles al dejar libres a sus frutos. Supongo es tan similar a cuando una flor despega de su centro a cada uno de sus pétalos. Siempre hay movimiento. No sé cuántas flores logré percibir en el camino. Pero eso sí, muchas mariposas se cruzaron en el camino.

Estas letras que tienes aquí son para ti. Son el ejercicio de mi memoria, el acuerdo que hice con la vida y mi más tenaz fervor por compartirte lo que he vivido. Nunca he pretendido tener o poseer mucho, sólo lo suficiente para bailar y cantar, mi propio cuerpo. Hay que vivir ligero, con una grata disponibilidad para moverse sin censura, por los rincones del mundo. Vive, es todo lo que deseo decirte. Hay muchas cosas que creemos que son nuestras y nada, absolutamente nada, nos pertenece. Ni siquiera el cuerpo que tenemos de medio de existencia. Así que piensa en disfrutar toda la comida que puedas, cocina como si no hubiera mañana. Descubre el paladar en todas sus posibilidades. Aquí en vida siempre hay aventuras.

Entregarte estos segmentos es una vitalidad para mí. Son cositas que no te había contado. Son esos aromas de la tierra, esos sudores que me he puesto en los caminos, esas sonrisas que me han entregado. Muchas veces quisiera decirte todo lo que te he extrañado, pero así vamos. Nunca dejes de recordar que la vida es una y que el camino no se descompone, si no se persiste, para qué despegar. Aquí hay letras y muchas. Considera disfrutable lo que haya al paso, todo esto es sólo una parte de las anécdotas que me han pasado. Lo quise hacer de esta manera porque bien, la fotografía es una perspectiva, pero desde mí, cada fotograma luce diferente. Te contaré un poco de aquí, algo de allá, otras veces de cerca, algunas de más lejos, pero siempre, algo que me ha permitido reconocer lo que soy, lo que pienso y lo que he escrito en mi memoria.

No sabes todo lo que existe debajo de mis dedos. Hay letras y pienso en todo lo que podría armar. Sin embargo, quiero disfrutar. Hay cantidad de entidades, de días, de viajes, de trayectorias, de vestimentas, de días, de noches. Hay personas, personajes y personalidades. No son lo mismo, no hay que confundir. Puedes bailar en todo momento, gritar, cantar, y siempre, brincar cuanto quieras. El movimiento del cuerpo nos permite remediar las energías de la emoción. Siempre salta. Canta lo posible. Y cada que puedas, si es necesario, habla contigo desde los versos que te entregue el universo. Hay playas con arena y arena sin playas. Hay árboles altos, bajos, emocionantes y melódicos. Hay colores inimaginables, mezclas fortísimas de combinaciones y delirantes fotografías únicas que veras en el silencio del atardecer. Es imposible dejar de sorprenderse y siempre, de una u otra forma, siempre existe alguien que haga compañía. La humanidad es entregada. No dejes de compartir un poco de lo que tienes. No pasa nada. Es riego para el camino y una virtud para los demás.

Canta, siempre que puedas canta, se trata de una obligación si estás vivo. Los amaneceres agradecen las sendas de tus viajes. Puedes compartir una inmensidad. Puedes establecer el ritmo que entregue tu existencia y siempre volver a comenzar. Nunca hay un principio, sino un constante cambio. Recuerda, el manubrio a dos manos es mejor que una. Pero también se puede bailar en la bicicleta con las debidas precauciones. Es magia eso. Puedes flotar sobre el viento. Una cosa agraciada que siempre me ha encantado. Es una manera de volar. Abres los brazos, te levantas desde los pedales, la bicicleta anda y tu equilibrio se rige desde el movimiento pendular de tu cintura para mantener el ritmo junto con el avance y nada está perdido.

Hay palabras, muchas palabras como polvo. Hay tonos, volúmenes, variaciones y texturas en los sonidos. Escucha el silencio dentro del desierto y también el rugido de un huracán cercano a la playa. Hay muchas quesadillas. Las tortillas tienen un tipo de variación muy peculiar y cada persona le entrega una mezcla perfecta para resolver el sabor. Pareciera una ecuación matemática, pero la comida mexicana no tiene remedio, es buena y en una exquisita gama. El campo es un santuario de magia. Sentir, hay mucho que sentir. Ese es el verbo. O uno de mis verbos favoritos que podría describir como algo cercano. Permítete sentir todo. Conocer es aprender. Explorar es la contemplación de lo que somos. La realidad es una. La literatura tiene muchos sabores. Hay para todo lo que desees. Podríamos confiar en una lechuga y no pasará nada. Sin embargo, el polvo se reparte por doquier. Hay letras verdes, mágicas, insolentes, desgraciadas y agraciadas. Hay letras de aquí para allá y es una fortuna. Es posible enlazar palabras por aquí y por allá. No hay más ni hay menos. No especulo sobre nada ni nadie, soy. Sólo permito a mi existencia configurar el resto de mis días desde la palabra como principio, pues si bien he creído en la imaginación, me permitiré que sea ella la que me lleve a una buena dirección. No tengas miedo. No hay nada que temer. Todo existe en su momento y en su trayectoria de manera inexplicable, pero aquí estamos, como un plato de frutas en medio de la nada. O ese atole de fresa del rancho de no sé quién. O los tamales. Hay muchos tipos de tamales. No me digas de los dulces, que si bien, algunos hasta tequila tienen. Pero sí, puedes llegar en bicicleta si quieres a cualquier parte del mundo. Es divertido. Sabrás que el poema se construye desde la experiencia y en medio de la incertidumbre. Hay muchas vacas. Muchos paisajes con vacas y caballos. Hay muchos nopales. Muchas águilas, buitres y cuervos. Hay poblaciones chulas y otras misteriosas, y no por ello, menos chulas. Debes aprender a observar. Todo México es un paisaje sonoro especial. Disfruta de todos los lugares. Los tianguis, los sobre ruedas y esas cosas similares, dales su tiempo, hay muchas personas que dependen de ello y son una enorme gestión de sustentabilidad. Hay algo en las voces de los niños que me fascina. Escucha todo lo posible de los que no discriminan en la vida, los infantes y sus aventuras son lo más divino de la vida. Alguna vez fui niño y tú también. Son los seres más increíbles, tienen magia en los oídos y en sus acciones. Todo lo que ellos observan son un poema sin causa ni persistencia. Son ellos y nada más.

Puedes adquirir pomadas y hiervas. Recuerda que tus manos, por herencia de la Prieta, son una herramienta de curación. Toma lo que consideres. Es importante conocer para cualquier situación, no se puede tener todo, pero sí lo necesario. Hay que aprender a desprenderse. Vamos a dialogar desde lo que ha ocurrido. Esto es una primera parte de lo que somos y aquí está esto que hemos generado. Hay cajas y bodegas con cajas. Canciones, recuerda, hay muchas canciones. Si pudiese explicar cada momento que la poesía y la bicicleta me han dado, juraría que no pararía de escribir. Pero también es necesario pedalear. Siempre pedalear los pueblos y las ciudades te llenará de colores. Es imprescindible no hacerlo. Tenemos memoria, pero no los momentos, no toda la vida es para ello. Recuerda escribir. Es bueno escribir. Cada quién a su manera, pero te será bueno para después contemplar lo que fuiste.

Así que podrás poner la canción que quieras y leer lo que sigue. Es un día común, es un día cualquiera, pero muy hermoso pues he determinado lo que sigue. Vamos a explorar un poco de viajes, aventuras, fotografías, comidas, poemas y demás. No sé si exista algo más allá que pueda mostrarte, pero haré lo posible para que sea divertido. Hay una galaxia que no sabes y yo tampoco. Las muertes son esenciales. Deberás aprender a despedirte con bolos y cumbias. No toda despedida la debemos entregar al dolor. Igual, debes ser atento a las últimas peticiones. Recuerda, hay que celebrar la vida. Bailar, muerto, pero quiero bailar, por ejemplo. Todos morimos, pero no todos gozan de su muerte como un festín. Y yo quiero eso, que hasta el último momento en que sea materia haya un jolgorio. Sé de alguna u otra manera que vamos a disfrutar el camino. Sabes que te quiero mucho. He dado gracias a quienes me han dejado. Nos han dejado, mejor dicho. Debes agradecer a todas las personas, no importa quiénes sean. Todas valen lo mismo en vida. La historia dice otra cosa, pero siempre hay muchas personas a tu alrededor. Recuerda que nunca sabes de quién vas a necesitar y hazlo presente. Debes aprender a desprenderte, mucho, con cuidado y con calma. No por todas las razones que tengas las personas van a creer en lo mismo que tú. Date tiempo. Siempre respira. Podrás viajar para dónde quieras y habrá prioridades, pero si nada te detiene, aprovecha el tiempo. Es necesario desprender de la galaxia que tenemos por vida.

Sí, pensé en dejarte hasta aquí la historia, pero sé que tú llegarás más lejos de lo que yo he podido. Nada de lo que tú hagas será mi felicidad, debes procurar tu perspectiva. No todos tenemos las mismas oportunidades. Estás presente desde que me acuerdo y siempre pensé mucho tiempo en ti. Es genial saber que hemos llegado hasta aquí. Estoy a 20 años de mi accidente y todavía no éramos amigos. Toma un poco de agua. Vamos a cenar y descansamos. Mañana te cuento un poco más. Mientras tanto, siente. Yo sigo aquí, en espera de la mañana. Nunca olvidaré tu sonrisa ni tu paciencia al escucharme. Descansa mientras silbo.*